Bailar y cantar en honor a Tayta Shanti

Fiesta del Apóstol Santiago o Tayta Shanti. Crédito: Diario Correo.
La región andina del sur y centro del Perú cuenta con lugares en las que una fiesta patronal compite con el sol por ver quien brilla más. El calor se puede combatir con bebidas heladas de la zona, a tal punto que puede pasar por desapercibido, pero la danza y el canto son inmunes al tiempo. Así sucede en los meses de junio, julio y agosto, donde el color de las hojas secas anuncia la llegada de una nueva temporada. En estas tierras se le llama “tiempo de cosecha”.
Colcabamba es un distrito ubicado a 2967 m. s. n. m. en la provincia de Tayacaja, del departamento de Huancavelica. Conocido también como la “Capital energética del Perú” por albergar en sus tierras la Central Hidroeléctrica del Mantaro, Colcabamba posee muchas costumbres y tradiciones que se celebran a lo largo del año. Una de las costumbres con mayor duración y concurrencia es, sin duda, la fiesta del Apóstol Santiago o Tayta Shanti.
Pablo acaba de cumplir 12 años. Él, junto con sus padres, vive en una comunidad a 20 minutos de la Plaza de Colcabamba. Para él, el mes de julio tiene un significado muy especial. A diferencia de los adultos y de los cientos de visitantes que recibirá el distrito y quizá su comunidad, él no piensa en la cantidad de casas que va a visitar en busca de diversión, comida o las bebidas que suelen repartirse gratis en las fiestas de Santiago.
Pablo tiene hermanos mayores que estudian o trabajan en otras ciudades. Es común que cuando alguien llega a culminar la secundaria, en estas zonas del Perú, tenga que dejar su tierra para ir en busca de un “futuro mejor”.
En las comunidades todo parece estar conectado. Los comuneros saben que cuando el sol está a determinada altura es hora de realizar alguna actividad. Así, el día comienza con los primeros rayos de sol y culmina con la última sombra de este. Incluso, el sonido de algunos animales anuncia el tiempo para algo. Aquí nace el respeto a la Madre Tierra que se ve compensada con una ofrenda para que esta siga bendiciendo a los runas (hombres) que la habitan.
En días festivos, sobre todo en el tiempo que dura la fiesta de Santiago, Pablo, al igual que otros niños, jóvenes y padres de familia, está al pendiente de todos los buses que van de Huancayo y Lima hacia Colcabamba. Alguno de esos buses podría llevar a un familiar después de algunos meses o años. Cada vez que un bus se detiene en el paradero, sale de la casa. Se sienta sobre alguna piedra. Observa como quien no quiere que noten que lo está haciendo. Una vez que el bus avanza, entonces aparece un hombre adulto. Él cree que es su hermano. Espera que lo llame para que vaya a ayudarle con el equipaje. El hombre acomoda algunas maletas. Se quita la gorra que lleva puesto. Lanza un silbido y grita un nombre distinto al de Pablo. Es su vecino que viene de la selva central después de un año. El jovencito se desilusiona. Regresa a lo suyo.
La fiesta del Santiago se inicia el 24 de julio con un concurso de baile organizado por la municipalidad del distrito y convoca a comunidades e instituciones. Por su parte, algunos locales anuncian un gran baile con presencia de artistas del momento con algunas semanas de anticipación. La noticia corre rápido a través de las radios locales y convoca a todos.

Fiesta del Apóstol Santiago o Tayta Shanti. Crédito: HUACHOS.COM
En estos meses, todo prospera. Los negocios se ven abarrotados. La gente consume más. Los platos más solicitados son la lechonada, el caldo de mote y los chicharrones. Las ferias dominicales son inacabables. Como en la mayoría de las regiones, el consumo de cerveza crece exponencialmente. Antes, comentan algunos adultos, la fiestas se celebraban con caña pura, ron y anisado.
Los bailes y los cantos son acompañados por una tinya, instrumento musical de percusión que se parece mucho al tambor y está hecha de cuero, y el instrumento de viento conocido como yungor. La fiesta de Santiago es una de las celebraciones más abiertas. Los anfitriones ofrecen comida gratis a los asistentes. Sin embargo, las que tienen un papel fundamental dentro de esta fiesta son las cantantes o cantoras, mujeres que se encargarán de deleitar a todos con sus voces. Hay una canción para todo y todos. Así se podría cantar al amor y el desamor, las penas y las alegrías.
La celebración de Tayta Shanti se realiza en honor a la fertilidad de la tierra y el bautizo de los ganados. Para ello, se realiza un pago a la tierra ya que se considera al “Tayta Wamani” como el dios y señor de todos los cerros.
Una de las etapas de la fiesta consiste en el marcado de los ganados. Los hombres serán los encargados de cumplir esta tarea. Una vez realizada una ceremonia ancestral, el patrón o patrona (dueño o dueña de los ganados) da la orden para el señalamiento. Cada ganado será sujetado por dos hombres. Por ejemplo, las vacas deberán ser sujetadas por una persona en cada cuerno hasta que sea señalada. En Colcabamba, los ganados son marcados con cintas de diferentes colores en cada oreja. Durante el señalamiento, las cantoras, los músicos y los asistentes dan la vuelta alrededor del ganado entonando hermosas canciones en quechua y español. Las canciones y las letras varían de acuerdo con el animal a señalar.
Mientras ello ocurre, el público disfruta de la chicha de jora que ofrece la anfitriona. Se reparte alcohol a todos los invitados. Todos beben, cantan, bailan, silban y guapean. Ese es el ritmo de toda la tarde. Y cuando termine todo, se despedirán de la fiesta cantando.
Los hermanos de Pablo no llegaron a la fiesta, pero observan todo a través de las redes sociales. Facebook les ha permitido ver las costumbres de su tierra a través de las transmisiones en vivo que realizan sus amigos que sí pudieron viajar. Mientras observan los videos, abren latas de cerveza. También terminan cantando, bailando y guapeando.
“Ya nada es como antes”, dicen algunos. “Ya se está perdiendo nuestra costumbre”, lamentan otros. Resulta que el tradicional Santiago también se ha adaptado a los nuevos tiempos. En la actualidad, se ha introducido nuevos instrumentos como el arpa, el violín y el saxófono. Pero la esencia sigue. Mientras haya gente que lo practique, habrá garantía de que nuestra costumbre perdure en el tiempo.