Barranco: Arte y tradición

Enrique Polanco, «Martin Adan»
Barranco es, tal vez, la localidad con mayor atractivo de Lima. La inamovible belleza de sus calles y casonas, de principios del siglo XX, reflejan la identidad costumbrista y bohemia del distrito. Su particular arquitectura romántica, como la describe Tomayo Agusto en el libro «Barranco, historia y sentimiento», está hecha de un trazo urbano, edificaciones tradicionalistas, ubicación geográfica e historia al gusto de aquellos que nacieron o se asentaron en la comunidad.
El sabor inconfundible de Barranco congrega a diversos artistas plásticos, actores, cantantes y escritores desde su fundación. Importantes figuras como Víctor Delfín, Enrique Polanco, Chabuca Granda, José María Eguren, Abraham Valdelomar, Javier Heraud y Julio Ramón Ribeyro han recorrido las imperturbables calles del distrito.
CONTEXTO DEL ARTE EN EL PERÚ
El Perú es uno de tantos países latinoamericanos donde el desarrollo artístico es bajo. El artista no solo se enfrenta a un limitado mercado carente de cultura, sino además a un contexto generalizado que la invisibiliza. Por mucho esfuerzo que procure el autor de una obra, lo cierto es que su público se ve reducido a un sector pudiente de Lima, desvirtuando el alcance global de su pintura y parametrándolo en lo exclusivo.
En ese sentido, el sociólogo Santiago Alfaro, docente de la Diplomatura de Estudios en Gestión de Empresas e Iniciativas Culturales de la PUCP, señala que la fragmentación del sector de las artes visuales es una realidad que la palpas cuando ves cómo se concentra el público consumidor de estas artes. Alfaro describe el mercado del arte como una comunidad de consumidores, artistas e intermediarios, y “los tres están concentrados en cinco distritos que acogen al 90% del nivel socioeconómico A, entonces, tienes un plaza muy reducida”.

Víctor Delfín, «El Toro Negro»
El insuficiente desarrollo de la cultura artística compromete seriamente las intenciones del creador al descubrir que los beneficios brindados por las galerías de Nueva York, Europa y algunos países de Latinoamérica difiere mucho a la del Perú, esto sumado al abuso que muchas pinacotecas toman al aumentar unilateralmente los costos de sus servicios.
La desestimación del arte limita el crecimiento económico y exhibe con notoriedad las falencias que se tienen en comparación con otros países; Augusto Javes, director de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte, afirma que en el Perú existe una brecha muy grande por desarrollar en el mercado artístico y cultural, ya que se tiene el 1.5% de participación del PBI frente al 6% de naciones vecinas, esto nos muestra que podemos cuadruplicar el tema de producción, desarrollo, participantes y número de empresas en interacciones comerciales, abriendo una posibilidad comercial bastante atractiva.
CARACTERÍSTICAS DE LOS ARTISTAS BARRANQUINOS
En función a la disposición artística de los autores barranquinos no hay una tendencia consolidada; los virtuosos poseen diferentes y enriquecidos estilos tan diversos como las de Víctor Delfín, artista plástico de 91 años que trasciende fronteras y se ha convertido en un ícono de Lima no solo por su arte, sino que además por su presencia en la escena social; junto a él destacan otros pintores como Ramiro Llona, quien realiza cuadros con impresiones subjetivas de grandes proporciones; Enrique Polanco, pintor reconocido por plasmar en sus pinturas una cosmovisión singular de las calles de la capital; Álvaro Suárez Vértiz, con su estructura ondulante y colores armoniosamente balanceados; Omar Hermoza, con cuadros que se caracterizan por estar nutridos de figuras simbólicas con significancia subjetiva; Stefano Bermellón, un joven y prometedor pintor con un estilo que dota de importancia a la composición y perspectiva de pinturas, con influencia del barroco flamenco holandés en los rostros de sus personajes; Carmen Bravo, pintora con gran acercamiento a la cultura mexicana que no duda en expresar en sus lienzos las riquezas culturales del país en que vivió por muchos años.

Álvaro Suarez Vertiz
El estilo de un artista es el reflejo de su personalidad, la materialización de su sentir, es una motivación instintiva que no se puede forzar, es la forma en la que se expresa y comunica; por este motivo, es único e irreplicable.
Cada uno de ellos se enfrenta de manera distinta a su entorno, con las facilidades y obstáculos que éste representa. Artistas como Víctor Delfín, Álvaro Suarez Vertiz y Enrique Polanco poseen nombre y reconocimiento, contando con un público que gusta de su arte; Ramiro Llona, Omar Hermoza y Carmen Bravo lidian contra las presiones ideológicas del mercado y el cerrado circulo de este medio; Stefano Bermellón por su parte, fomenta sus obras exitosamente a través de las redes, generando una alternativa a las galerías.

Ramiro Llona
Sin embargo, todos convergen en la idea de que se puede hacer aún más por el arte y que el mal llamado “progreso” está minimizando el crecimiento cultural del distrito y país.
DOCUMENTAL BARRANCO DE ALBERTO HERRERA
Alberto Herrera, director peruano de cine y teatro, se encargó de reunir a estos importantes artistas en un documental cargado de cultura. La intención es graficar y rescatar el valor que tiene Barranco para los dramaturgos, poetas, teatristas, músicos y pintores. En diálogo con la revista internacional MIR, Herrera dio algunas luces sobre las razones y connotaciones sociales de su documental.
¿Qué motivó la realización del documental?
Es necesario valorizar el arte y la cultura en la sociedad, el Perú está pauperizado, envilecido por el mal gusto. La gente no va al teatro, no se llenan las galerías de arte, son siempre el mismo circulo de personas quienes van a estas galerías. La sociedad se construye en base al desarrollo intelectual, artístico; es decir el desarrollo de las humanidades.
El documental se hizo con la finalidad de revalorizar el trabajo de estos personajes no a través de una entrevista, sino que una conversación distendida que permite hacer preguntas sobre aspectos íntimos de su trabajo; eso es lo que motivó este documental, la necesidad de dar a conocer un aspecto no muy conocido de nuestra sociedad
¿Qué retos implicó realizar un documental de esta índole?
El principal reto es el financiero. Este documental lo he hecho con mis propios recursos e implicó dedicarle tiempo, organizar las tomas, hacer las entrevistas, realizar la producción uno mismo y sin ayuda de nadie. Y después buscar de alguna forma desasir esa inversión con los auspicios que uno pueda conseguir, pero inicialmente el reto es remar siempre contracorriente. Ahora lo que estamos buscando es auspiciadores, ya tenemos algunos y estamos pensando en la fecha de la presentación oficial del documental.
En este documental abordas bastante la cultura de Barranco, ¿se está perdiendo la identidad del distrito?
El documental habla sobre los artistas plásticos de barranco, que residen en barranco o que tienen una influencia barranquina intensa, no habla de todos porque también hay particularidades en las personalidades de algunos pintores, hay pintores que son muy reacios a ser entrevistados.

Enrique Polanco, «Postal de Lima»
¿Por qué Barranco? Porque es el distrito en el que vivo y quiero mucho, yo crecí en Miraflores, y Miraflores prácticamente está destruido en función al progreso urbanístico, se ha convertido todo en edificios, calles estrechas donde ya no hay ese sentido de barrio, se ven edificios de veinte, treinta, cuarenta pisos que forman hileras y han perdido sentido Estamos remedando a grandes ciudades y nos sentimos orgullosos porque construimos esas cosas, bueno, yo no estoy de acuerdo, a mí me gustan las viejas casonas que le dan un sabor muy especial y que además fueron construidas con mucho amor, mucho cariño. Las casonas de Barranco poseen variedad de colores y estilos como el italiano, inglés y neocolonial ¿Por qué vamos a perder eso? ¿Por qué perder el sabor de la ciudad?, el modernismo no debe destruir lo tradicional.
¿Cuál es la realidad de los artistas plásticos de Barranco?
La realidad es muy diversa, hay artistas plásticos que tienen reconocimiento internacional como Ramiro Llona, Polanco, Víctor Delfín; hay otros de reconocimiento medio si se quiere, y hay un un grupo de artistas que están empezando. En suma, hay para distintos gustos, hay quienes venden por galerías y hay quienes venden por internet.
La rentabilidad es un concepto equívoco del neoliberalismo, uno debe hacer lo que uno debe hacer, lo que a uno le gusta, lo que le sale desde adentro, lo que se le quiere dar a la sociedad a través de su arte. Hay cuestiones éticas que en el Perú se han ido perdiendo.

Carmen Iris Bravo, «Isicha»
En tu documental se veía a diferentes artistas decir que sus obras no iban en concordancia con los gustos del mercado peruano; sin embargo, seguían haciendo su obra por un impulso vocacional. Pero si un artista no logra vender sus obras ¿Qué medidas toma? ¿Qué análisis podemos sacar de esa situación?
Los artistas, generalmente, no pintan para el público, pintan por inspiración personal y para ellos. Si sus cuadros se venden enhorabuena. Van Goh por ejemplo murió en la miseria y ahora está muy bien valorado. Entonces el artista no está buscando el dinero inmediato, ni la facilidad, ese es un error que les han metido a los chicos en la actualidad. El artista no está pensando en eso, el artista tiene una mentalidad, digamos, infantil, muy primitiva, expresa lo que siente, punto. Si alguien quiere comprar un cuadro del pintor lo compra porque le gusta, más no porque el artista está tratando de venderle. Un artista hace una obra única, esa es la diferencia con un artesano.