Alejandro Palomas: «En muchos aspectos la condición humana es bastante nefasta»

Alejandro Palomas y Oscar Guerrero. Foto: cortesía Cámara Peruana del Libro.
Me recibió minutos antes de la hora pactada en algún piso del hotel “Los Delfines”, ubicado en una zona residencial de Lima. Era un día nublado y había aterrizado en la capital peruana por segunda vez invitado para la Feria Internacional del Libro. Aprovechando que los organizadores daban los últimos toques al ambiente elegido para platicar, pudimos intercambiar algunas ideas sobre temas culturales y de coyuntura global.
En torno a Alejandro Palomas y su producción intelectual gira una entrevista que intenta indagar sobre los lados más subrepticios del ser humano con el fin de entender que en la vida se dan hechos antagónicos impredecibles. Constatar como las tinieblas de la desesperación parecen adueñarse de nuestro ser al mismo tiempo que eventos esperanzadores tocan nuestro corazón, son temas recurrentes en los libros del escritor catalán.
Novelista, traductor y poeta, Palomas ocupa un lugar importante en la literatura hispanoamericana haciendo lo que mejor sabe, contar historias y crear mundos. Ambas actividades lo llevan a un espacio de refugio logrando escapar de una realidad convulsa que no le gusta nada, certeza que suscribe al afirmar que –“… en muchos aspectos la condición humana es bastante nefasta…”- . El novelista se ganó el respeto internacional con libros como “El tiempo del corazón”, “El alma del mundo”, “El secreto de los Hoffman” y la trilogía “Una madre”; ”Un amor” y “Un perro”.
Obras
“El alma del mundo”. Narra las relaciones interpersonales que se tejen entre unos ancianos que residen en un asilo y una ex gimnasta húngara que acude a su llamado para cuidarles. Palomas saca el jugo a una historia dónde la pareja Otto y Clea comparte numerosas experiencias que van conociéndose a través de unos diálogos fluidos con Illona, la muchacha que contratan. La revelación sistemática del pasado de los personajes explica el porque de su presente. Las confidencias, secretos y medias verdades aparecen y desaparecen a lo largo de las 336 páginas de la obra.
Palomas optó por construir el destino de dos ancianos porque como lo sostuvo, -“tienen mucha vida detrás”-, pudiendo recurrir con ellos a múltiples elementos históricos. En esa línea de pensamiento, son ellos los que mejor facultados están para dar una lección de vida a los demás. Illona, la cuidadora húngara, simboliza un itinerario agobiante lleno de exigencias, propio de ciertos sectores sociales establecidos en Europa del Este en los años de la guerra fría. De hecho el escritor español confiesa su interés en los dramas humanos surgidos en estos países.
El valor del silencio explica por otro lado el mensaje de la novela y del propio autor que a menudo suele verse reflejado en una persona muy mayor. En esa idea puede comprenderse mejor la empatía que muestra Palomas con aquellos que están bastante entrados en edad. Es probable que en términos prácticos él se sienta uno más de ellos.
Dicho lo anterior, es importante subrayar que en la literatura hay antecedentes de autores que abordaron desde distintos angulos las cualidades humanas de los adultos mayores. “El viejo y el mar” de Hemingway también rescató, desde otro enfoque, la paciencia de Santiago, que no se rindió tras llevar 84 días sin pescar nada. Aunque al final los tiburones le ganaron la partida al arrebatarle su presa, quedaron para la posteridad aquellos pensamientos profundos del viejo pescador que tienen lugar en alta mar. O la tenacidad de Faber, aquel profesor que fue parte de la resistencia en la sociedad distópica creada por Ray Bradbury en “Farenheit 451”. La decisión audaz de quienes como Faber optaron por memorizarce el contenido de los libros antes de sumarse a un régimen pirómano que solo necesitaba ciudadanos esclavos carentes de toda conciencia, da cuenta de un episodio valioso cuyas enseñanzas aún hoy siguen vigentes.
“El tiempo del corazón”. Abarca el destino que le toca vivir a un hombre que a los minutos de constatar la muerte de su mujer en un accidente de tránsito, recibe la noticia de una supuesta paternidad que hasta ese momento desconocía. El drama de ver como una puerta se cierra y otra se abre ilustran a cabalidad el mensaje fundamental del libro: todos merecemos una segunda oportunidad. Ante semejante escenario las interrogantes son ¿cómo coexistir con la esperanza y la desesperanza? ¿por qué la vida te lleva a tener que lidiar con dos realidades contrapuestas? En un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar. En tales circunstancias siempre recobra significado el cómo nos relacionamos en vida con nuestros seres queridos y con el prójimo.
Parafraseando a Alejandro Palomas “El tiempo del corazón” quiere destacar, sobre todas las cosas, las posibilidades del ser humano para sobreponerse a la adversidad y seguir un nuevo camino abriendo paso a la verdad. Las emociones se sobreponen a la razón dando como resultado un cuadro en el que con seguridad muchos podrían verse reflejados.
Trilogía “Un hijo”, “Un amor” y “Un perro”. A raíz de la publicación de esta saga de novelas, Palomas descubrió que su verdadera vocación no era escribir libros sino más bien crear mundos. Por ahora utiliza el formato libro para hacerlo, pero desconoce si siempre será así ya que le queda un poco antiguo. La trilogía trabaja sobre la evolución de los mismos personajes a lo largo de diez años. El primer libro “Una madre” sitúa como héroe principal a Amalia, una mamá abnegada que tras muchos esfuerzos logra reunir a toda su familia en Nochevieja trasmitiendo con ello todo lo que se puede lograr si somos capaces de poner en marcha nuestras mejores cualidades como seres humanos. En la segunda entrega “Un perro” el autor despliega sus atributos literarios para resaltar el crecimiento que experimentan los mienbros de la familia de Amalia, como su hijo Fer, pero esta vez añadiendo una mirada tierna al rol que desempeñan los perros en el hogar. Por último, en “Un amor”, las encrucijadas y cabos sueltos tan típicos en los círculos familiares que describe la trilogía pero también presentes en la vida real, terminan cerrándose para siempre, colocando cada cosa en su lugar.
Narrativa y Poesía
Quien obtuviera un máster en Poesía por el New College de San Francisco, reconoce la existencia de vasos comunicantes entre su narrativa y versos. Como refiere, él no podría ser otro ni dividirse en dos partes. Su voz trenza muchas texturas, como la poética y narrativa. Si alguien leyera un poemario y una novela del mencionado escritor sin conocerlo identificaría inmediatamente que se trata de la misma persona.
Los libros de versos como “Tanto tiempo” y “Quiero” por su extensión se asemejan a los de los poetas japonenes. Es decir, sólo incluyen sujeto, verbo y predicado. En correspondencia a esta práctica, Palomas defiende la tesis según la cual un autor debe llegar a sus lectores con el mínimo material posible.
La nueva era que se abre en la carrera del novelista tras cumplir 50 años augura un horizonte donde la poesía tendrá mayor presencia. Esta decisión tiene que ver con la llegada de una serenidad distinta y las ganas de decir más cosas echando mano de una de las manifestaciones artísticas más bellas.
Cultura y Pobreza
Tomando como referencia a Latinoamérica, el Premio Nacional de Literatura Juvenil 2016 advierte que equivocadamente desde España muchos ven al continente como si fuera un país. Aquello habla de una visión imperialista que aún perdura en la Península Ibérica. Muy por el contrario, las naciones de América Latina poseen culturas totalmente distintas. La diversidad cultural que puedan tener México, Perú, Argentina o Chile son historias distintas en cada caso.
En cuanto a la apuesta que hacen las autoridades por la cultura, Palomas afirma que esa prioridad está en el último vagón del tren, tanto en España como en Latinoamérica. Este drama también fue advertido por Cecilia García Huidobro en una reciente entrevista concedida a la revista MIR.
No obstante, el Premio Nadal 2018 advierte que en Latinoamérica hay ganas de hacer cosas, de innovar, de llevar a la práctica ideas originales. En suma hay frescura y atrevimiento por parte de intelectuales vinculados al mundo cultural. Y viendo la realidad de América Latina se constata que hay muchas cosas contra las que rebelarse. Ante ello, los escritores, poetas, están dando lucha.
Otro aspecto a destacar referido a la región, es el antiguo centralismo imperante que ahoga las posibilidades de desarrollo al interior de cada país. Son comprensibles por eso las palabras textuales de nuestro interlocutor en el sentido de que, “si uno va a Chile, solo te hablan de Santiago, y cuando se está en el país y visitas las distintas ciudades te das cuenta que esa idea de que el resto no cuenta es falsa. Lo que ocurre es que no les hacen caso”. Y en efecto la antigua discusión sobre el marcado contraste centro-periferia en nuestros países sigue siendo una deuda pendiente de quienes manejan los hilos del aparato público.
En uno de los últimos acápites del encuentro resultó interesante abordar el tema de la pobreza a propósito del extraordinario libro “Los otros” de Josefina Licitra. La historia narra la situación paupérrima de unos grupos humanos asentados en un barrio bonaerense en los alrededores de Lanús, en Argentina, y como ese estado de confinación desemboca en enfrentamientos entre ellos mismos. Al respecto Palomas enfatiza que la pobreza es la pobreza, independientemente del lugar donde la gente la padezca. La miseria conlleva un lenguaje universal. El drama de “Los Otros” es aplicable prácticamente al mundo entero. Sólo unos cuantos países situados en el primer mundo se salvan de aquella realidad.
Peligrosamente, esa miseria se intenta subdividir en pequeñas unidades para mostrar una supuesta supremacía de unos sobre otros en el contexto de la desdicha. Pero la verdad es que se trata de un fenómeno global.
Con todo, las ganas de saber y de investigar jamás serán eclipsadas por la precaria situación económica en la que vive la gran mayoría de la población mundial. “No han sido capaces ni nunca serán capaces de matar el deseo de saber”, sentenció el escritor en medio de la conversación.
La infantilización de la educación superior en España
En palabras de nuestro invitado, el fenómeno de la infantilización de la educación superior en su país es tremendo. Hoy vemos que la universidad en España se ha convertido en la extensión automática del bachillerato (escuela). Ahora tenemos que los padres son los que van a matricular a sus hijos a la universidad, piden una revisión de exámenes, llaman para dispensarlos cuando se enferman. Se llega incluso al límite de que los estudiantes no se enfrentan solos a un profesor, sino que van con los progenitores.
Aquello contrasta con una dinámica universitaria anterior que insertaba al alumno a un universo totalmente distinto del que prevalecía en el colegio. Entonces todos estaban concientes de que había que asumir un nuevo reto con responsabilidad, que había que despabilarse para no quedar rezagado. En suma, se ingresaba al mundo adulto y muchos estaban a la expectativa de lo que podías lograr.
El corolario de la presente entrevista de personalidad pone de relieve el valor de la palabra como factor clave en el fortalecimiento del núcleo familiar y de todas las relaciones humanas. Escribir para no pensar en un mundo real con tantas injusticias y perversidades representa acaso un ejercicio extenuante y conmovedor. La gran acogida que siguen teniendo los trabajos de Palomas hablan de una proyección notable, más allá de los temores que él ya ha manifestado respecto a que no sabrá para quien más escribir cuando su madre parta de este mundo. Lo cierto es que las muestras de aprecio y agradecimiento por su noble labor abundan, lo cual certifica que esta vez el escritor nacido en Barcelona felizmente se equivoca.